EDUCACIÓN DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
La comida es una necesidad primaria que está ligada al placer; el proceso normal de la ingesta es: sensación de hambre-ingestión-placer-saciación-detención de la ingesta.
Los problemas de inapetencia y rechazo de comida de los niños sólo pueden entenderse desde un proceso de saciación-desagrado-evitación, ésta es la secuencia anómala que, desgraciadamente, colaboran en su aparición los padres del niño que la padece. Cuando un adulto fuerza al niño a comer, está introduciendo artificialmente el desagrado ligado a la comida que producirá reacciones de evitación ante la misma.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que los hábitos alimenticios requieren para su aprendizaje, paciencia, instrucciones claras y sistemáticas, y uso por parte del adulto del hábito que enseña (ser un ejemplo a seguir). No podemos pretender solucionar este problema de un día para otro y sin conocer las verdaderas causan que hayan provocado este trastorno.
Existen tres factores que influyen de manera decisiva en que se aprendan determinados comportamientos alimenticios:
a) La atención: La preocupación de los mayores ante la problemática de la comida que presenta el niño lleva a menudo a prestarle más atención justo en el momento en el que se produce la conducta desadaptativa, de manera que el niño la repite una y otra vez porque consigue que se le haga más caso.
Es normal que, si por ejemplo el niño se niega a comer, se pretenda entretenerlo con medios con el fin de que coma algo. La atención prestada en estas ocasiones es mucho mayor que en el resto del día. Así el niño relaciona rápidamente la conducta de negación con la atención. Si quiere que le hagan caso esa es la mejor manera de actuar. Para establecer esta relación no hace falta ser ni muy mayor ni muy inteligente. Los bebés son perfectamente capaces de establecer esta relación.
En definitiva, la atención del adulto contribuye a mantener la conducta desadaptativa del niño. Y esta relación es captada con rapidez por el niño. De esta forma, sin pretenderlo, el adulto está reforzando su mantenimiento.
b) El modelo: Gran parte del aprendizaje de los niños es mediante imitación. El comportamiento de la conducta de comer también se imita. De ahí que sea tan importante el cómo se come delante del niño. Por ejemplo cuando el adulto rechaza un alimento concreto, sin darle mayor importancia lo cambia por otro alimento que le gusta más. Pero el niño no discrimina hasta ese punto y lo que aprende instintivamente es que rechazar comida es sinónimo de elegir algo que le gusta más.
c) El ambiente: Dependiendo de la edad, la televisión, los juguetes, los cubiertos de la comida y cualquier objeto al alcance de la vista del niño puede ser fuente de distracción. Distracción que puede servir en unos casos para que el niño coma lo que pretendemos o, por el contrario, para favorecer conductas inadecuadas.
INAPETENCIA
La inapetencia puede ser continua o temporal debido a:
a) Acontecimientos familiares o sociales:
· el nacimiento de un hermano/a.
· la entrada al colegio o guardería.
· el fallecimiento o pérdida de un familiar...
b) Un proceso de aprendizaje inadecuado:
· la ansiedad del padre/madre ante uno o varios episodios de inapetencia que pueden llegar a angustiar a todos los miembros de la familia y producir rechazo de la comida.
· en muchos casos, el adulto sobrevalora la comida y relaciona la cantidad con la salud de sus hijos. De aquí deriva una excesiva atención e insistencia, lo que pro- duce a su vez un círculo vicioso difícil de cortar.
· la anarquía en los horarios o comer entre horas.
· el abuso de alimentos dulces, chucherías, refrescos,...
c) Causa física:
· la dentición.
· una enfermedad.
· un accidente...
¿QUÉ DEBEMOS HACER?
Ante una inapetencia continua es necesaria una valoración del pediatra para conocer el estado de salud del niño/a, si requiere un aporte vitamínico o tratamiento de estimulación del apetito.
EN CASO DE COINCIDENCIA CON UNO DE LOS ACONTECIMIENTOS MENCIONADOS:
Debemos entender ésta como una llamada de atención o como síntoma de un bajo estado de ánimo ante el cual los padres pueden recurrir a una consulta profesional.
EN CASO DE PRODUCIRSE UN PROCESO DE APRENDIZAJE INADECUADO DE LOS HÁBITOS DE COMIDA:
Tenemos que tener en cuenta que la actitud de los niños y niñas depende de la actitud que adopten los adultos.
PAUTAS DE ACTUACIÓN:
Es también importante establecer unas pautas básicas que se han de mantener, como son:
· Que el acto de comer sea una acción relajada y tranquila.
· La permanencia en la mesa durante el tiempo de las comidas (estableciendo un tiempo mínimo y uno máximo de estancia sin levantarse).
· Comer el menú según el orden de presentación.
· Hacer de la comida un momento de encuentro y convivencia.
· Evitar compaginar otras actividades con la comida.
· Explicitar unas formas de comer adecuadas de manera progresiva. Es decir, que el niño conozca las normas de su casa: uso de servilleta, postura en la mesa, empleo de cubiertos…
· Posibilitar la degustación de alimentos nuevos en pequeñas dosis.
· Conviene negociar con antelación una cantidad mínima (sobre todo de aquellos alimentos rechazados por el niño) e ir ampliando la cantidad poco a poco.
El seguimiento de estas pautas creará unos hábitos adaptados y duraderos.
Si el niño cumple con las normas se le reforzará con atención, alabanza, elogios, etc.
Cuando el niño o la niña adopte una conducta inadecuada a la hora de comer, los adultos no deberán manifestar gritos, enfado, ansiedad y/o castigar. Se le debería retirar el plato, una vez finalizado el tiempo acordado. En la próxima comida, se mantendrán las mismas normas.
NEGATIVISMO
Entendemos como negativismo el rechazo persistente de determinados alimentos o comidas. Normalmente son llamadas de atención y reclamo del adulto; coincide con la apetencia hacia alimentos preferidos y la tendencia de los adultos a ceder ante la conducta del niños.
La permisividad por diferentes motivos, como por ejemplo, diferencias de opinión entre adultos, prisa, presencia de visitas, celebraciones... hace que el niño satisfaga siempre sus deseos.
Conviene facilitar que los niños, a partir del primer año de vida, prueben una variedad amplia de sabores (de los diferentes grupos de alimentos) para que los acepten; más adelante, se continuará con dicha degustación.
Se puede permitir el rechazo de determinados platos siempre que éstos no sean excesivos en número ni que el niño coma a la carta y sea él quién elija el menú.
ESTRATEGIAS PARA AFRONTAR LOS PROBLEMAS
A LA HORA DE COMER
Como pautas a tener en cuenta para la prevención y tratamiento de las conductas negativas proponemos las siguientes:
1. Probar todo tipo de alimentos desde las primeras edades.
2.Procurar que esta prueba de alimentos sea motivadora, distendida, nunca con imposición fuerte, sino con sosiego aceptando en ciertas ocasiones un rechazo.
3.Por parte del adulto, no perder los nervios, no gritar, ni amenazar; en definitiva, no convertir la comida en una lucha o relación de poder en la que frecuentemente “gana” el niño/a.
4.Es muy importante hacer agradable el momento de las comidas y el hecho de comer. Así se asocia la comida con sensaciones agradables. Por ello, hemos de evitar las regañinas y las amenazas en la mesa.
5. Negociar la cantidad mínima de “cada plato a comer”. De esta forma, favoreceremos su independencia y la responsabilidad de su elección.
Ponga raciones pequeñas, fundamentalmente si se trata de comida nueva o de comida que a él no le ha gustado en otras ocasiones. Este proceder induce una sensación de logro; es preferible que pidan más comida a que se quejen de que no pueden más o de que no acabarán la que hay en el plato.
6.No sustituir nunca un alimento rechazado por otro de mayor agrado porque éste es el inicio de un negativismo progresivo que se puede extender a otras conductas y situaciones.
7.En los casos en que rechace el primer plato por la preferencia del segundo, se condicionará la toma del segundo a una mínima cantidad del primero.
8. Valorar cualquier aproximación a la conducta deseada por el adulto mediante refuerzos preferentemente afectivo-sociales (alabanzas, valoración, compartir tiempo y juego, etc).
9. No prestarle atención ni hacer comentarios negativos por no comer.
10. Indicarle la hora de finalización en el reloj y una vez transcurrido el tiempo retirarle el plato.
11. Elogiarle y prestarle atención cuando come. Atenderle más cuando come que cuando remolonea, protesta o no come.
12. No compararle con otros niños que coman más que él.
13. No hablar con otras personas de que el niño no come o de sus dificultades con la comida, cuando el niño esté presente.
14. No haga comentarios continuos si el niño no come, recuérdele alguna vez el refuerzo o la actividad agradable que le espera para después de comer y/o que el tiempo de comida se está acabando, pero no lo haga con demasiada insistencia sólo 1 ó 2 veces máximo. Refuerce o alabe si está comiendo pero procure hacerlo con sonrisas y comentarios no directamente relacionados con la comida.
15. Para conseguir que su hijo coma más cantidades, aumente en un principio en aquellas comidas que más le gusten. Vaya aumentando progresivamente la cantidad de alimento que le pone en el plato de aquellas comidas que al niño más le gustan, hágalo poco a poco sin que apenas se note. Primero hágalo sólo en una de las comidas del día (el almuerzo o la cena, por ejemplo), comenzando por aquella en la que el niño suele comer más y/o suele estar de mejor humor o más despierto.
16. Reforzamiento positivo: alabar el comer bien y los buenos modales en la mesa. “ALABAR-IGNORAR”. Lo que se intenta es hacer comprender a los niños que ciertas conductas producen consecuencias deseables (alabarles) cuando comen o están sentados en la mesa, mientras que otras formas de conducta no (ignorarles).
En la educación de la conducta alimentaria, es preferible guiarse más por refuerzos positivos que negativos.
Las dificultades no aparecen de un día para otro. Por tanto la intervención para corregirlas requiere un proceso que implica tiempo.
Es necesario:
✓ Darse cuenta de la dificultad.
✓ Analizar las causas que la determinan.
✓ Establecer medidas correctoras.
✓ Intervención y/o ayuda de especialista.
Laura Mª Justicia Justicia
BIBLIOGRAFÍA:
· Extracto de: “Aprender a comer en la Escuela Infantil” Paloma Conde Guasch (Las Palmas de Gran Canaria) Organisation Mondiale pour l'Education Préscolaire World Organization for Early Childhood Education Organización Mundial para la Educación Preescolar.
· Departamento de orientación de Navarra.
· Departamento de orientación de Andújar.
· Grupo Luria, Lola Portela Oviedo “Estrategias para afrontar los problemas a la hora de la comida”
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